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El viernes 17 de abril a las 19:00 hs. María Rosa Lojo va a estar haciendo la presentación con debate de Todos éramos hijos, su última novela.
 
Escrito con la prosa inconfundible de la autora, el texto marca un giro en su carrera literaria al abordar la adolescencia en los años 70 de una manera inédita hasta el momento en la ficción argentina.
 
Fuera de los marcos habituales de la “presentación literaria”, habrá un debate entre María Rosa Lojo,Elsa Drucaroff, Marcelo Figueras, Federico Lorenz y Valentino Cappelloni, moderados por Sebastián Basualdo.


¿Qué es lo que se va a discutir?

  • Los conflictos de llevar la historia reciente a la ficción.
  • La biografía del autor como posibilitador y obstáculo de la ficción.
  • El discurso de la memoria (y cómo cambia y se adecúa con el paso del tiempo).
  • La adolescencia y el problema de las representaciones artísticas en la dictadura.
  • El exilio de los que se fueron y las dificultades de los que se quedaron.
  • Qué hacen los hijos con la herencia simbólica de sus padres cuando la ideología se interpone.

 

Viernes 17 de abril, 19:00 hs.
Librería Gandhi de Malabia 1784 (Palermo)
Para más info sobre el evento: http://goo.gl/tegV2z

Flyer Lojo

Sobre la autora

María Rosa Lojo es Doctora en Letras por la UBA e Investigadora Principal del CONICET, es autora de una extensa obra de creación e investigación. Entre sus títulos se cuentan las novelas La pasión de los nómades, La princesa federal, Una mujer de fin de siglo, Las libres del Sur, Finisterre, Árbol de familia y los volúmenes de cuentos Historias ocultas en la Recoleta, Amores insólitos y Cuerpos resplandecientes. Bosque de ojos reúne sus microficciones líricas. Obtuvo, entre otros, el Primer Premio de Poesía de la Feria del Libro de Buenos Aires (1984), el Premio del Fondo Nacional de las Artes en cuento (1985) y en novela (1986), el Primer Premio Municipal de Buenos Aires «Eduardo Mallea» en narrativa (1996), el Premio del Instituto Literario y Cultural Hispánico de California (1999), el Diploma al Mérito Konex (1994-2003), el Premio Nacional «Esteban Echeverría» 2004 en narrativa, la Medalla de la Hispanidad (2009) y la Medalla del Bicentenario de la Ciudad de Buenos Aires (2010). Su obra de ficción fue objeto de estudio en libros, tesis doctorales y más de un centenar de trabajos académicos, en la Argentina y en el extranjero, donde se la tradujo a varios idiomas.

Qué se dijo de la novela:

“En Todos éramos hijos me fascinó la mirada que logras construir, lejos de tantas cosas ya escritas y que se han vuelto tópicos -tu libro llena un vacío, completa la experiencia de ese momento de la historia argentina. Estoy convencida de que, a pesar de lo que dicen algunos, queda aún mucho por decir y narrar. Tu libro es la prueba de ello.” (Laura Alcoba)

 

“Un libro que recomiendo sin dudas para jóvenes lectores/as. También lleno de piedad y comprensión pero no por ello de complacencia. Un libro que conmoverá a más de uno/a, y que prologan Adolfo Pérez Esquivel y Graciela Fernández Meijide.” (Mempo Giardinelli)

 

“Despegada de todo cliché narrativo relativo a la turbulencia de los 70, la novela logra la singularidad, entre otras cosas, al mostrar de qué forma la intimidad está teñida por la Historia y al recuperar la mirada sobre la realidad que se corresponde con la época en que se producían los sucesos más sangrientos de la Argentina, sin contaminarla con lo que hoy sabemos de ellos.” (Mónica López Ocón, Tiempo Argentino)

 

“María Rosa Lojo logra generar una especie de mapa genético de una generación que dio la vida por una causa mientras era atravesada por todo tipo de discursos, desde el político y religioso, pasando por el literario y familiar.” (Sebastián Basualdo, Radar)

 

“María Rosa Lojo reconstruye un pasado complejo, atravesado por las esquirlas políticas, religiosas y familiares, desde una intimidad comprometida con los desgarros existenciales.” (Silvina FrieraPágina 12)

 

«Hay un vínculo permanente con la puja política setentista que la autora sabe resumir en apenas una línea: cuestionaron al padre biológico que les tocó, y se vieron traicionados por el padre político que eligieron.” (Gustavo García, La Prensa)

Producción, prensa y difusión: Unabrecha

«8cho Y och8. Antología de imágenes y textos se presenta el viernes 24 de octubre a las 19:00 hrs en el auditorio David Viñas del Museo del Libro y de la Lengua, Av. Las Heras 2555 (CABA). Dará un breve concierto El Dun Dun Sexteto y se hará entrega de los ejemplares y recompensas adquiridos durante la campaña de financiamiento colectivo.
 
Esta antología propone ocho temas, cada uno abordado por ocho artistas visuales y ocho escritores. A partir de un mismo disparador, cada participante trabajó con su propio estilo, género, técnica y disciplina. Tenemos como resultado el despliegue de un abanico de posibilidades estéticas que da cuenta de un segmento de la actividad artística y literaria actual.»
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Los ciclos de lectura fueron uno de los últimos “movimientos” de la literatura argentina. Sin excepción, la última generación de narradores argentinos, o bien surgió de alguno de esos ciclos, o bien leyó varias veces en cualquiera de ellos. Con distintas modalidades hacia 2007 sumaban más de cien sólo en Buenos Aires.
El Grupo Alejandría inició su primera temporada en el Bar Bartolomeo en marzo de 2005. Más de 500 escritores éditos e inéditos han pasado por Alejandría; desde Leónidas Lamborghini a Andrés Rivera, desde Oliverio Coelho a Hebe Uhart, desde Leo Masliah y Fabián Casas, a Luis Gusmán y Esther Cross, desde Claudia Piñeiro y Gustavo Ferreyra, a Gabriela Bejerman y Sergio Chejfec, sólo por dar una muestra de la variedad de estilos, generaciones y propuestas.
El miércoles 5 de marzo a la 18: 30 horas, el Grupo Alejandría ̶ hoy integrado por Clara Anich, Yair Magrino, Nicolás Hochman y Edgardo Scott ̶ celebra en el Malba sus diez años con una mesa integrada por: Martín Kohan, Elsa Drucaroff, Sylvia Iparraguirre, Ricardo Romero y Silvia Hopenhayn y otros invitados sorpresa. 
Habrá discusión, muchas anécdotas, proyección de fotografías de cuando todos eran más flacos y jóvenes, gran brindis final y, por supuesto, los novios saludarán en el atrio. 

 

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Premio UBA 2013

Estamos orgullosos. Eugenia Zicavo, consejera editorial de Lamujerdemivida, es la ganadora del Premio UBA 2013 a la mejor producción en prensa gráfica por su nota «Represores suicidas» publicada en la revista, que pueden leer acá.

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La entrega de premios es hoy, miércoles 17, a las 15 hs en el Cine Cosmos UBA, Corrientes 2046, Ciudad de Buenos Aires. La ceremonia será presidida por el rector de la UBA, Ruben Hallu quien estará acompañado por los integrantes del jurado.

Y también hay premio para la revista!

Allí estaremos.

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Lamujerdemivida cumple 10 años y lo celebramos haciendo un poco de historia junto a Claudia Piñeiro, Mariana Enríquez, Ricardo Coler, Sergio Olguín y todo el staff de la revista.

Miércoles 11 de diciembre a las 19h en Librería Galerna, Perú 1064 (San Telmo).

Después, brindis.

Están invitados!

Lotte EisnerEntre el 5 y el 29 de diciembre, se podrá ver en MALBA el ciclo Las películas de Lotte Eisner, programado por Daniela Kozak en homenaje a la archivista, historiadora y crítica de cine alemana a 30 años de su muerte. El ciclo incluye películas de Chaplin, Lang, Murnau, Wenders, Herzog, Renoir y otros, y varias proyecciones de películas mudas con música en vivo. 

Acá se puede ver la programación completa del ciclo.

 

Por Daniela Kozak

“Quizás haya que perder todo muy temprano para más tarde querer salvarlo todo”, dice la voz en off del documental Citizen Langlois. El narrador se refiere al fundador de la Cinemateca Francesa, Henri Langlois, pero la frase bien podría aludir a Lotte Eisner, que al partir al exilio en 1933 perdió para siempre la ciudad de Berlín que la había visto convertirse en la primera crítica de cine mujer de Alemania. Eisner volvería a visitar su ciudad natal veinte años después, pero la zona en la que había vivido ya ni siquiera existía.

El 25 de noviembre se cumplieron 30 años de la muerte de Eisner, uno de los personajes más singulares de la historia del cine. Crítica de cine en revistas como Cahiers du Cinéma y Sight and Sound, historiadora del cine alemán, curadora en jefe de la Cinemateca Francesa durante 30 años y figura inspiradora de los cineastas del Nuevo Cine Alemán, esa mujer de aspecto frágil es la autora de La pantalla diabólica, una de las obras esenciales sobre el cine expresionista alemán, reeditada este año en Buenos Aires por El cuenco de plata. El libro, en el que Eisner analiza la influencia de Max Reinhardt y del expresionismo en el cine alemán de los años ’20, es a la vez una pieza impecable de crítica de cine y un estudio de historia cultural. Eisner también publicó los libros F. W. Murnau en 1964 y Fritz Lang en 1976, dedicados a la obra de esos cineastas tanto en Alemania como en Hollywood.

Nacida apenas dos meses después que el invento de los hermanos Lumière, su vida está atravesada por la historia del siglo XX que fue, también, el siglo del cine. De familia judía, Eisner se doctoró en Historia del arte y en 1927 empezó a escribir sobre cine en Film Kurier. Desde allí defendió la libertad de expresión hasta que el 30 de marzo de 1933 –apenas dos meses después de que Hitler asumiera el poder– se exilió en París.

Al año siguiente, Eisner leyó en una revista que dos jóvenes –Langlois y Georges Franju– querían salvar viejas películas mudas, y decidió contactarlos para una nota. Fascinada con la tarea que se proponían, se ofreció a ayudarlos, y ése fue el inicio de una larga relación profesional y de amistad con Langlois, que en 1936 fundaría la Cinemateca Francesa.

Cuando estalló la guerra, Eisner fue enviada por los franceses al campo de detención de Gurs. Estuvo tres meses allí hasta que logró escapar, y un tiempo después recaló en Figeac. En 1940 los alemanes habían confiscado gran parte de la colección de la Cinemateca, pero Langlois había logrado esconder varias latas con películas alemanas, rusas y norteamericanas en un castillo cerca de Figeac. Laurent Mannoni cuenta que, en plena ocupación, Eisner pasaba el día entero sola en el castillo Béduer, entre ratas y montones de latas oxidadas, revisando y ordenando la colección. En 1942 obtuvo un documento falso y pasó el resto de la guerra bajo la identidad de Louise Escoffier. Dos años después, consiguió un certificado de que trabajaba en la Cinemateca. Langlois lo había robado para ella de un ministerio del gobierno de Vichy. Cuando Eisner cayó en una redada de soldados alemanes en Figeac en mayo de 1944, ese certificado con membrete y sello oficial evitó que la deportaran.

Después de la Liberación, Langlois le encargó recolectar decorados, documentos y objetos relacionados con el cine, y a partir de entonces Eisner se contactó con los cineastas alemanes que había conocido antes de la guerra. Según Langlois, fue ella la que consiguió las tres cuartas partes de la colección del Museo del Cine.

Eisner conoció en persona a varios grandes directores del cine mudo, pero su mirada nunca se quedó en el pasado. En los setenta, los cineastas alemanes jóvenes encontraron en ella el puente que los unía a los realizadores alemanes de los años ‘20. “Tuvimos suerte de tener a Lotte Eisner para que nos bendijera”, dijo alguna vez Werner Herzog. Y fue por ella, para que se recuperara de un grave problema de salud, que el director hizo esa famosa caminata de Munich a París en 1974.

Este ciclo rescata la figura de Eisner en sus múltiples facetas de historiadora, archivista, crítica e impulsora del Nuevo Cine Alemán. La selección de los títulos tuvo en cuenta tanto la disponibilidad de copias en fílmico como las películas con las que ella se vinculó. Se eligieron films sobre los que escribió en los libros La pantalla diabólicaF. W. Murnau y Fritz Lang, y en las revistasCahiers du Cinéma y Film Quarterly, y se extrajeron fragmentos de sus textos para rescatar algo de su obra crítica. También se seleccionaron algunas de las películas que Eisner incluyó en los Top Ten que elaboró para Sight and Sounda lo largo de cuatro décadas; y otras en las que aparece ya sea con un testimonio (El Fantasma de Henri Langlois), una voz en off (Fata Morgana) o una dedicatoria (París, Texas). Las películas de Lotte Eisner son las que le gustaban, las que la incitaban a escribir y las que, de una u otra forma, marcaron su biografía. El ciclo traza un recorrido posible para acercarse a una figura esencial de la historia del cine.

camaraXXI
Los amigos del Ensamble Vocal Cámara XXI dirigido por el Maestro Miguel Ángel Pesce presentarán obras contemporáneas de Rodrigo Sigal,  John Cage, Rodolfo Acosta, Antonio Zimmerman, Juan Manuel Abras, Alberto Balzanelli y Jonathan Harvey, algunas de ellas especialmente compuestas para la agrupación.
«Ciclo Voces del Siglo XXI» 
Domingo 8 de Diciembre a las 19:30 hs.
Centro Nacional de la Música, México 564, CABA.
La entrada es libre y gratuita.

El sábado 17 de noviembre se presentó Bailando con los osos (17grises), el primer libro de cuentos de Fernando Krapp (que, quizás no lo sepan, pero supo ser -hace un tiempo ya- publicado en Lamujerdemivida como ganador de nuestro concurso permanente de inéditos «El elegido» y nos pone orgullosos). La presentación fue en Espacio Arquitecturas Imaginarias, junto a una muestra de pinturas de José Saccone, y estuvieron Jorge Consiglio, Juan Bautista Duizeide, Hernán Vanoli y Damián Huergo. Este es el texto que leyó Consiglio para la ocasión:

 osos

Por Jorge Consiglio

En Bailando con los osos, Fernando Krapp reúne doce cuentos breves. O para ser más preciso, algunos breves y otros no tanto. Los disfruté mucho a todos. Creo que por un motivo que comparten los doce textos y también por razones particulares de cada uno.

Empiezo por ese ingrediente común en el grupo, esa impronta que se reconoce como una huella única que cohesiona los relatos y hace que más allá de su independencia de sentido conformen un libro cerrado, una unidad compacta. Se trata del tono que usa Krapp. Hay algunos relatos narrados en tercera persona, pero la mayoría están en primera. No obstante, esas voces que enuncian tienen en común un fraseo, una dinámica interna, un zigzageo discursivo que se reconoce en una sintaxis particular, pero también en la lógica interna que enlaza una oración con la otra. Y en este factor, me parece, se funda la prosodia que a mí me encanta, que me convoca. La prosodia Krapp, podríamos llamarla. Un solo ejemplo. “Magda está en el arcada de la puerta y algo le sale de la cabeza: amanece”. Los relatos de Bailando con los osos están escritos con un discurso poroso y dinámico. Hay una agilidad que tiene que ver con lo coloquial pero también hay una fluidez de otra índole, una fluidez jazzera, un vértigo discursivo que tiene que ver con la libertad de enlaces, con la voluptuosidad –aunque no con la exageración− y con la síntesis. Es definitivamente un ritmo propio. Y la trama, mucha veces cruenta, se monta en ese ritmo y corre como si circulara por encima de un riel. Se dispara con toda naturalidad. Este ingrediente es lo primero que impresiona de estos cuentos. Lo que le da una temperatura común, un clima de familia que subyace a la individualidad de cada texto. Bajo este conjunto heterogéneo –y en muchos casos, contrastante– de voces existe un registro unificador que tiene que ver con la identidad, con lo que a mi juicio es lo más auténtico del relato y que, en este caso, además, resulta el engranaje adecuado para que el sistema funcione.

Ahora, también, como dije, hay otras razones menos generales que hacen que Bailando con los osos sea un libro bueno y disfrutable.

Una se relaciona con la destreza con la que Krapp administra la información en sus relatos. En “Pieles”, por ejemplo, el narrador cuenta un episodio de su adolescencia. Vive con su familia en una zona alejada a la que se mudaron en busca de una vida mejor, pero las cosas no van bien. Tienen problemas de dinero. El protagonista debe acompañar al padre que, desesperado, empieza a cazar unas criaturas rarísimas. El foco del relato se centra en la excursión. El lector acompaña al narrador que sabe tanto como él. No tiene la menor idea de adónde va ni a qué tipos de seres va a cazar.  Pasa lo mismo en “Cámara de aire”. En este cuento, unos chicos bajan a una cámara de aire que está debajo del piso del aula en la que toman clase y se topan con una entidad fantasmal que ni el narrador ni los personajes terminan de definir. El suspenso es extremo. Y el lector paladea y se deleita con esa demora. Lo no dicho, lo silenciado es una de las claves para tensar al máximo la intriga del relato. Un recurso parecido se usa en el cuento “Fina”. En este caso se lo emplea para construir un personaje a partir del enigma y de la incertidumbre. “Nunca pudimos armar bien el derrotero que lo trajo hasta la casa de enfrente. Se llamaba Ernesto; el gordo Ernesto”, dice el narrador. Y cuenta la historia de un vecino que enloquece después de la muerte de su esposa. Aquí, al revés de lo que se podría pensar, los saberes que quedan por fuera del texto refuerzan el espesor del personaje, lo terminan de cerrar. Lo consolidan en el marco de un imaginario que se va extrañando a medida que progresa la acción.

Los imaginarios son otro aspecto disfrutable de este libro. En cada cuento son una novedad. Se renuevan jugando con elementos de distintos subgéneros. Hay relatos en los que se trabaja con el terror. Por ejemplo en el texto que abre el volumen. “En un principio” se llama. En este relato, Flora encuentra un huevo del que nace un chico con características muy particulares. O con los ingredientes del relato de fantasmas en “Cámara de aire”, por ejemplo. O del cuento extraño en “El mar de los chinos”, cuya trama se arma a partir de esa impronta secuencial de imágenes que supone la mirada infantil. La estructura de este cuento, el logro natural de esa circularidad capciosa, es impecable. Quizás eso lo convierta en el mejor del libro. En todo caso, seguro es uno de mis favoritos.

Otra de las cosas que consigue Krapp en sus ficciones es articular las tramas a partir de cierta lógica particular, una lógica de lo insólito. Los acontecimientos se van hilvanando como por casualidad, los lazos entre unos y otros son auténticos, fluyen, justamente porque están unidos por la sorpresa de la novedad. Estos encadenamientos se corren del orden clásico, del que impone la doxa. En “Hoy compré un arma”, por ejemplo, un cazador novato, un tipo que compra primero un 38 y después un rifle, siguiendo una voluntad que parece no ser la propia, termina extraviado en un bosque de Lobos, provincia de Buenos Aires. En este cuento, la deriva vertiginosa de ese improvisado cazador, que a primera vista parece que no llevar a ningún lugar o al lugar de su propia destrucción, conduce, sin embargo, fiel a una dialéctica oscura, caprichosa, elíptica, al nodo mismo de lo siniestro. Pero para conseguir este resultado, el punto de vista de estas ficciones debe ser necesariamente agudo. Hay un ejercicio de la mirada escrupulosa. El foco recae en los detalles, en la elocuencia de esos detalles. Sin embargo, no se trata de un muestreo de pequeñas cuestiones, de intrascendencias, sino de encontrar pormenores que condensen sentido y que contribuyan al clima del texto, detalles que abran la connotación. Para terminar y, de paso, darme el gusto de leer un fragmento del libro, recurro a un ejemplo que tengo seleccionado. Pertenece a este cuento que acabo de nombrar, al del cazador. El protagonista atropella a un perro con el auto y  baja para ver la situación. Es el primer párrafo de la página 89: “Hay una bola de pelos sangrantes que se retuerce debajo del paragolpes, una bola ensangrentada como un bebé recién nacido: es un perro, un perro de la calle que no debe querer nadie. Muevo al perro con suavidad y parece mirarme detrás de sus ojos brillosos. Sufre, o soy yo, yo soy el que está sufriendo, creo. El perro, al ser movido, me muestra los dientes, tira a morderme y yo, por instinto, le pego con la mano derecha. Me sorprendo. Lo suelto, se retuerce de dolor. Auto, motor, casa, puerta, entro, subo, escalera. Magda sin salir de la cama. Los chicos están en casa de los amigos, dice, y vuelve a girar agarrada de la almohada. No quise verlo, pero tiene los ojos rojos”.

Hoy: presentación revista El Ansia

Porque nos encanta recomendar a la competencia!

Premio Itaú Cuento Digital